miércoles, 30 de diciembre de 2015

Soltar no es decir adiós, sino decir ¡Gracias!

A propósito del cierre de año he estado muy reflexiva. Hace unos meses, imaginaba el final del 2015 definitivamente de manera distinta, visualizaba una bebé vestida con una pijamita que dijera “My 1st Christmas” o un Santa Claus ilusionado dejando bajo el árbol un juguete para la bebé más hermosa. Mi realidad es muy distinta hoy, pero no por ello estoy triste, solo un poco nostálgica de esa gran ilusión.

No sé si les ha pasado pero a veces cuando tienes algo pendiente por hacer en tu vida pareciera que atraes las señales que te recuerdan el camino que debes seguir. Así me ha sucedido en las últimas semanas, en mis sesiones de tanatología, el coaching, la plática con amigas, los libros y artículos que leo, los posteos en redes sociales, y por todos lados me he topado con mensajes que me hablan sobre la importancia de SOLTAR.




Durante mucho tiempo he malentendido que soltar es decir adiós. Despedirse de una persona, una situación o un sueño. Eso me aterraba. Y cada vez que alguien me decía “es que ya tienes que soltar”, me sentía realmente ofendida. ¿No era suficiente haberme tenido que despedir del cuerpo de mi bebé, como para que ahora me pidan que la suelte, que me olvide de ella?.

Pero después de mucha reflexión y también mucho, mucho amor, he decidido soltar a Mia.

Como parte de mis tareas de tanatología me pidieron grabar un mensaje a Mia, escucharlo en voz alta y después borrarlo. Soltar el mensaje. Soltar ese amor. Decirlo y dejarlo ir.

Me costó mucho trabajo hacer está tarea, la demoré mucho, la pospuse lo más que pude y finalmente con todo el amor en el corazón logré que el mensaje no fuera de despedida, sino de agradecimiento.

Y dije al aire:

“Quiero agradecer que tú me hiciste madre, porque a pesar de que hoy no estás conmigo, fue contigo que conocí lo que es el amor de madre. Y Sabes? queremos intentarlo de nuevo para que logre vivir mi maternidad a toda plenitud  […..] Intentarlo de nuevo no es ninguna traición hacia ti, ni expresa ningún olvido. Nunca te olvidaré Mia. Siempre estarás en mi mente y en mi corazón y siempre te estaré infinitamente agradecida por todo lo que me has enseñado con tu experiencia de vida”

[…]

“Quiero soltarte, pues soltarte es dejar atrás esa ilusión que tenía de que fueras tú la bebé que creciera a mi lado y eso ya no será posible. Soltarte es desocupar mis manos para tenerlas abiertas para recibir nuevamente. Soltarte es abrazarte muy fuerte con mi corazón para que siempre te quedes ahí, en el lugar que he construido para ti y que siempre será tuyo, pero abriendo espacio a todo aquello que quiera venir a complementar nuestra vida. Soltarte es darte las gracias por lo que ha sido ésta experiencia de ser tu madre”.

Con todo esto… Aprendí que Soltar no es decir adiós, sino decir ¡Gracias!.

Y como siempre busco la coherencia en mi vida, me daré el permiso también de cambiarle un poco el sentido y tono a este blog. Todo este proyecto inició como un compendio de los aprendizajes que trajo a mi vida mi angelita, pero la verdad es que aprender de la vida depende más de cada persona. En la vida no nos pasan cosas “para que aprendamos”, más bien las cosas suceden,  y ya depende de cada quien si decidimos “aprender de las situaciones que nos tocan vivir”. Así que a partir de ahora este espacio simplemente hablará de la vida y de mis reflexiones,… estos pensamientos y sentimientos que son resultado de la nueva persona que soy … aquella que está aprendiendo a soltar y no deja de estar agradecida de lo que recibe cada día.

No dejaré de escribir y seguramente tampoco dejaré de mencionar a Mia de vez en cuando. Lo que soltaré, en realidad, es la rigidez de que “este blog es para honrar su memoria”. No necesito un espacio para agradecerle cada cosa que he aprendido. Bastará con seguir siendo yo misma y honrando mi propio camino, haciendo un homenaje a la vida, a lo que hoy está presente.

Es por eso que, aprovecho esta entrada de mi blog para soltar este ciclo de tristeza y dolor que viví, agradeciendo a todas aquellas personas que me han acompañado, apoyado y entregado su compasión. Su amor ha sido fundamental para sanar y les pido sigan siempre caminando a mi lado haciéndome ver lo hermoso de la vida.

Hoy, estoy dispuesta a soltar, vaciar mis manos, dejar ir … y juntarlas en posición de oración para decir desde lo más profundo de mi corazón … Gracias!!.

Infinitamente agradecida,
La mamá de Mia <3


@VidaMiaDM
vidamia0409@gmail.com




lunes, 2 de noviembre de 2015

Hablar de una pérdida, es hablar de crecimiento


Resulta que hablar de la muerte es hablar de la vida. Hablar de una pérdida, es hablar de crecimiento. Eso y más es lo que he aprendido en las sesiones con mi Tanatóloga, dónde estoy trabajando la pérdida de Mia.

Hoy que se celebra el Día de los Muertos me parece oportuno resumir los principales aprendizajes que he tenido al trabajar la pérdida de Mia. Aprendizajes que no podrían haber llegado a mí con tanta claridad, realidad y humanismo, sino hubiera conocido a Gaby, mi tanatóloga (@gabytanatologa)

No hay culpabilidad, solo responsabilidad. Definitivamente no fue mi culpa que Mia muriera. Me lo cuestioné infinidad de veces, evalué con detalle cada acción que tomé en mi embarazo. ¿Comí de forma adecuada?, ¿Tomé todas las vitaminas, medicamentos y tratamientos de forma adecuada?, ¿Dormí lo suficiente?, ¿y si hubiera tenido revisiones más seguido?, ¿y si a la primera sospecha de disminución de movimiento hubiera corrido a urgencias?. En cada pregunta sin respuesta me sentí culpable, hasta que en una de mis sesiones de tanatología mi razón se vio iluminada y mi corazón sorprendido cuando Gaby me dijo, “Sinceramente, es muy soberbio de tu parte pensar que todo dependía de ti. Hay cosas que tú no controlas, ni siquiera tu médico. No actúes con soberbia”. Ahora entiendo que era imposible que yo controlara todo y más bien lo único que podía hacer y que siempre hice fue actuar con extrema responsabilidad en el cuidado de mi embarazo. Eso es lo que se espera de una madre, y así lo hice.

Cada quien vive el duelo a su manera. Durante muchas semanas creí que tener el privilegio de ser la madre de Mia me daba el derecho de tener el protagonismo ante el duelo, así como a “exigir” a otros que sus demostraciones de amor y dolor fueran similares a las mías. Me desilusioné mucho viendo como otras personas no lloraban como yo. Llegué a pensar que no querían ni deseaban tanto la llegada de esta bebita hermosa y que por lo tanto no les dolía como yo creía que “les debía de doler”. Gran error. El duelo ante la muerte es tan personal y único, como la vida misma. Cuando por fin aprendí esto, empecé a ver todo el amor hacia Mia que siempre había estado ahí. Descubrí poetas (y varios) en la familia, descubrí niños entendiendo con mucho realismo qué es un ángel, descubrí a un padre escribiendo la carta de amor más profunda que puede recibir una hija, descubrí amigas con bebés en los brazos valorando lo que tienen,  descubrí a una abuela buscando fotos de chiquitos de todos los miembros de la familia hasta encontrar una donde pudiera yo (por fin) responderle “si, así era Mia, esa misma carita tierna tenía”. El duelo se viste de diferentes formas, tantas formas como personas que viven ese mismo dolor. Y así, en armonía, todos esos sentimientos con diferentes matices han dibujado un gran recuerdo hacia Mia y han enaltecido su corta existencia.

El santuario de Mia, soy yo. Las primeras semanas después de la muerte de Mia me costaba mucho trabajo entrar al que sería su cuarto, me daba mucha tristeza ver ese espacio vacío y podría jurar que sentía que la extrañaba, pero aprendí que no puedo extrañarla ni puedo ver lugares de mi casa como espacios donde “ya no está”, por el simple hecho de que nunca estuvo ahí. Al contrario de otros duelos donde se tienen experiencias de vida con una persona, en mi caso, Mia solo vivió dentro de mi. Puedo extrañar y añorar los momentos de estar embarazada pero no puedo extrañar a un bebé en brazos. Descubrir esto fue muy fuerte para mí, sobretodo porque en ocasiones lloré profundamente mientras arrullaba un mameluco vacío en mis brazos. Pero al final aprendí la lección y lo que se quedó conmigo fue esa gran ilusión de que la pequeña Mia llegara a la vida. Ante esta ausencia (de la ilusión), he buscado a Mia en muchos lados, inclusive en sus cenizas, a las cuales en ocasiones les hablaba, hasta que un día mi tanatóloga me iluminó con una frase … “El santuario de Mia, eres tú”. OMG!!!, ¡es cierto!. El único lugar donde ella vivió es dentro de mi y el único lugar donde seguro siempre la encontraré, es en mí.

Se vale sonreír. ¿Cuánto tiempo debe pasar para volver a sonreír?, una amiga me dijo que solo mi corazón me diría cuando. Y así fue. Pero en el camino es muy difícil pues la gente (aunque sea con la mejor intención) te desmoraliza cuando te dice “¡qué bien te veo!”, “¡se ve que ya la estás pasando mejor!”. A veces esas frases son como una ofensa para alguien que aún está atravesando un duelo. Y entonces, inclusive, dan menos ganas de sonreír porque sería una forma de decirle al mundo “no, a ver, espérate, todavía la estoy pasando mal, todavía lloro, todavía me duele, y si me estoy dando el permiso de sonreír es porque quiero ser feliz, pero por favor no hagas menos mi dolor”. Así, en la búsqueda de esta coherencia entre lo que siento y lo que demuestro las sonrisas se escapan, ya no las retengo más, las libero, las regalo a diario…

Gracias pequeña MIA, por acercarme al concepto de muerte y hacerme perder el miedo a la misma, por traerme la experiencia de Gaby que está guiando el amor que te tengo y el propio amor que tengo a ésta la VIDA MIA.

No tengan miedo, en serio, no vale la pena gastar energía ahí, mejor inviértanla en trabajar sus duelos, porque créanme que he aprendido que al estar trabajando el dolor te puedes sorprender de cómo una pérdida se convierte en una ganancia. El yin y el yang de la vida que te da como resultado mucho crecimiento personal.

Agradecida con la tanatología,
La mamá de Mia

vidamia0409@gmail.com


"Transitar un duelo y salir fortalecido de él significa no haber perdido sino haber crecido" 
Gaby Pérez Islas.








jueves, 15 de octubre de 2015

Un día de LUZ para mi bebé

Hoy por la mañana descubrí en las redes sociales que es el “Pregnancy and Infant Loss Remembrance Day”. Es una festividad de Estados Unidos y Canadá, aunque otros países ya están también adoptándola. En este día se conmemora a los bebés que no lograron nacer vivos o aquellos recién nacidos que murieron. En este día, a las 7:00pm (hora local de cualquier parte del mundo) se invita a encender una vela, por al menos una hora, para lograr una cadena de luz que rodee el mundo por 24 horas. Así es… hoy 15 de Octubre es día de los angelitos, de los bebés estrella ... y a ellos los honramos con mucha luz   =)

Mi corazón mexicano también abraza esta fecha y no porque esté esperando un día en particular para recordar a Mia. No, definitivamente no. En realidad, todos los días mi primer pensamiento va dirigido a ella, pidiéndole que me acompañe y que bendiga todo el trabajo que ofreceré durante mi día y todo el amor que sembraré…. Y al final de mi jornada ella vuelve también a mi pensamiento, pero en forma de agradecimiento. Siempre, siempre, siempre mi día termina con un ¡Gracias!.

Lo más genial de todo esto es que, a pesar de la muerte de Mia (que sinceramente en algún momento llegué a sentir que era mi propia muerte), he logrado sentirme más VIVA que nunca, pues este pequeño ejercicio de ofrecimiento por las mañanas y de gratitud por las noches, me ha ayudado sin duda a sanarme.

La razón es muy sencilla … ESTOY VIVIENDO EN EL PRESENTE.

La tentación de vivir en el pasado o en el futuro es muy fuerte. Lo sé con certeza porque me pasa con regularidad. Viajo con los recuerdos a mi pasado o con mi imaginación al futuro. Y en realidad, el problema no es ir y venir, el problema es cuando me he quedado ahí.

Ha habido días durante mi duelo, que viajo al pasado y recuerdo las patadas que sentía en mi vientre cuando estaba embarazada de Mia. Inclusive a veces juro sentir todavía patadas. Es una sensación verdaderamente extraña en términos físicos, pero emocionalmente es de los mejores recuerdos que tengo de toda mi vida. El reto, cuando esto me sucede, es limpiarme las lágrimas y volver al HOY. Por que por más duro que sea el HOY…  siempre, siempre he obtenido una recompensa al volver al presente.

Por ejemplo, hace un par de días fue mi cumpleaños y amanecí con un nudo en la garganta, ya que meses atrás futureaba e imaginaba que ese día me despertaría con el llanto de hambre de mi bebé y serían las mejores “Mañanitas” que me hubieran cantado en toda mi vida. Pero a diferencia de eso me despertó un ringtone de grillo de mi celular que entre líneas me decía “levántate, si hoy quieres comer pastel de cumpleaños, te toca ir al GYM a quemar calorías por adelantado”. Así que, me levanté, me sequé las lágrimas, ofrecí mi día y me fui al GYM. ¿Mi recompensa? … Tuve uno de los mejores cumpleaños de mi vida no solo por las sinceras muestras de cariño que mi gente tuvo conmigo, sino por la grandiosa actitud con la que decidí vivir el presente. No me hizo falta nada más para ser feliz en mi día =)

Con esta nueva rutina que he adoptado, estoy transformando mis recuerdos (que ciertamente vienen del pasado) para convertirlos en acción en mi presente. Estoy viviendo con más conciencia mi HOY y viajo a través del presente con más libertad y expresando mis sentimientos con mayor soltura.

Gracias pequeña MIA por ayudarme a vivir en el presente, pues tu corta existencia me impulsa todos los días a esforzarme y a disfrutar el hoy, engrandeciendo ésta VIDA MIA

Me parece genial que exista este día para recordar a nuestros angelitos y sin falta hoy a las 7:00 pm, como muchos otros padres, formaré parte de esta celebración. Lo haré no porque crea que hace falta una fecha para conmemorar la muerte de alguien que amas, ni porque esto implique vivir en el pasado, ¡No! ... 

HOY prenderé una vela por Mia porque HOY, en este instante tengo la oportunidad de ser feliz y regalarle luz a mi adorada bebé.


“We don’t heal the past by dwelling there.
We heal the past by LIVING FULLY in the PRESENT” 
(Marianne Williamson)


Viviendo el hoy,
La mamá de Mia <3


@VidaMiaDM








#PregnancyAndInfantLossRemembranceDay


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