viernes, 1 de julio de 2016

Viajando (más) ligera…


Estoy haciendo mis maletas. Nos mudamos de ciudad. Estamos cerrando un ciclo, o más bien, me gusta pensar que estamos abriendo uno nuevo. Yeeaahh!!!


Ya empecé a sacar cosas de los closets, a meter en maletas lo más preciado y a tirar o regalar lo que ya no usaré. Y entre esas tareas, abrir el closet y cajones donde tenía las cosas para Mia, ha sido quizás lo más complicado en este proceso. Al abrir el closet me he quedado contemplando, en silencio, simplemente observando, sintiendo, recordando, añorando, reviviendo la ilusión y así, después de limpiar las lágrimas de mi rostro... me animé y empecé la difícil tarea de guardar.

Recorrí pieza por pieza, cada una de las pijamitas, vestiditos y conjuntos que tenía para ella. Recordé la frase que le dije a mi esposo cuando regresamos del baby shopping… “siento que pedí una muñeca a Amazon y que llegó toda la ropita, pero no llegó la muñeca (aún)...”

De hecho, cuando murió Mia también recordé esa frase y tuve la gran reflexión de que a final de cuentas, al final de todo lo que compramos, que planificamos, que escogimos, etc..etc..  lo ÚNICO que importaba que llegara bien (“de mi pedido”) era la muñeca, … mi muñeca, mi nenita. Gran aprendizaje: la vida y la salud son lo prioritario.

En fin, en este afán de empezar a guardar  (y aferrarme inconscientemente a lo material) me di cuenta que lo que tenía que hacer no era guardar… ¡¡sino sacar!!!... En definitiva, me gustaría tener otro bebé y siempre me he preguntado qué pasará si ese bebé arcoíris que venga a nuestras vidas es un niño y no una niña?. OMG!!! Qué gran dilema, tengo tanta ropa de niña y unos vestidos verdaderamente hermosos!!... y entonces mi primer instinto fue empezar a guardar y pensar “por si acaso tengo niña mejor guardo toooodo"… y “por si acaso esto … y por si caso aquello… ay nooo, mejor guardo todo y lo tengo super listo … por si acaso”.

Hice una pausa y me di cuenta que tenía frente a mí una gran oportunidad de SOLTAR… así que tomé valor y escogí los vestidos más hermosos de Mia (aquellos que yo misma había comprado y escogido con verdadero amor de mamá) y empecé a hacer mi lista…

“el vestido azul para Amelia, el blanco con listón color menta para Regina, el vestido que parece porcelana para Camila, el de mallas rosas para Ximena …” (y otros más que aún tengo por ir a entregar…)

En medio de ese valeroso acto mi esposo me preguntó …. ¿y si tenemos una niña?.... a lo cual respondí… pues  ¡¡qué felicidad!!!... le compraremos más vestidos y seguramente la gente nos regalará cosas muy lindas… por lo pronto estoy realmente feliz que otras bebitas hermosas puedan usar esas prendas y que me apoyen en este gran ejercicio de SOLTAR que en verdad me ha hecho sentir muy bien.

Todo esto me ha llevado a reflexionar sobre cuantas veces en nuestra vida solemos guardar cosas “por si acaso”… y peor aún cuando esas cosas que guardamos tan celosamente son sentimientos que encerramos en nuestro corazón y nos guardamos un “te quiero”, un “perdóname”, un “te extraño”…

Cuantas veces vamos por nuestra vida “cuidándonos” de situaciones, o sentimientos “por si acaso”, creyendo que con ello estamos salvando a nuestro corazón. ¡¡¡No lo hagan!!!... no guarden, mejor saquen, no se aferren a las cosas, déjenlas ir…

Estos pensamientos me están ayudando a tomar este cambio de residencia de una mejor manera, a mirar hacia delante, a abrir los closets  y vaciarlos … a llenar las maletas de amor y no de cosas, a soltar y dejar lo que no me sirve (cosas y sentimientos) y a empezar un viaje más ligero, con menos carga material y emocional.

Hoy se cumple un año que conocimos a Mia, una bella bebé con semblante de paz que su paso por la vida me ha dejado muchos aprendizajes y sin duda me ha hecho mejor persona. Hace un año no pensé que lograría algún día sentirme como me siento hoy, pero definitivamente esto no ha sido magia ni tampoco el solo paso del tiempo. No, no, no... esto ha sido un constante ejercicio de soltar, no solo a mi bebé y la maternidad, sino soltar cualquier aferro en mi vida.

Los invito entonces, a abrir el closet de su vida, a contemplar lo que hay ahí guardado, a celebrar lo que han sido … pero también los exhorto a sacar lo que ya no les sirve, a vivir con menos “por si acasos”, a decir lo que han guardado en su corazón, a tener menos apegos materiales y emocionales en su vida, porque “Aquel que quiere viajar FELIZ debe viajar LIGERO” (Antoine de Saint-Exupéry)


Bon Voyage,
La mamá de Mia <3

@VidaMiaDM
vidamia0409@gmail.com

Datos personales