Dicen que hoy es el #BlueMonday, el día
más triste del año. Así se le conoce al tercer lunes de enero, al menos en el
hemisferio norte de nuestro planeta, ya que en varios lugares llueve y hace
mucho frío (brrst). Además, la quincena ya se nos fue entera a pagar las
saturadas tarjetas de crédito por todos los gastos navideños, la báscula no es
nuestra mejor amiga y los propósitos de año nuevo ya están en el olvido.
Esto hace que hoy las redes sociales se
llenen de mensajes positivos (y claro también de memes) buscando contrarrestar
el que se supone es el día más triste del año.
Me parece totalmente sin sentido esta
fecha y aún más, me parece deprimente que haya gente que se lo crea y que por
lo mismo justifiquen que su día fue gris y triste porque así estaba destinado a
ser. Really?.
Peeeeero, más que criticar o profundizar en esta
fecha más bien aprovecho este sentimiento que me removió la cabeza para compartirles
mi reflexión sobre el cierre del 2015 y contarles cómo mi percepción cambió pues
estaba segura que era el peor año de mi vida (era como un #BlueYear jaja), pero
gracias a un reto que hice descubrí que fue un gran año. Si, a pesar de todo,
fue un gran gran año.
Todo empezó a finales del 2014 cuando vi
una imagen en Pinterest que invitaba a iniciar el año con un frasco vacío y un paquete
de tarjetitas para escribir cada vez que algo padre te sucediera. Acepté el
reto e invité a otros a hacerlo. Me encargué que en cada casa de mi familia
hubiera un lindo frasco y unas tarjetas de colores esperando a contener las
mejores hazañas de cada uno de mis seres más queridos.
Durante el trayecto del 2015 hubo frascos
que cruzaron fronteras hasta llegar a sus dueños, otros que cambiaron de
propósito y nunca contuvieron tarjetas, otros que permanecieron vacíos durante
varios meses y hubo inclusive uno que nunca llegó a su destino.
Desde ahí empecé a aprender de este reto pues
descubrí la analogía con la vida: por ejemplo el amor que he depositado en algunas
personas ha llegado a cruzar fronteras, por otro lado también he visto mutar al
amor que siento por alguien para adecuarse al propósito por el cual nació ese
sentimiento y finalmente en otros casos el amor ha tardado en florecer o bien
no he tenido correspondencia. Así es la vida… y ¡¡me encanta que así sea!!.
Mes con mes fui viendo cómo el frasco se
llenaba de papeles, inclusive en los meses más difíciles siempre hubo algo que
escribir. No hubo enfermedad, muerte, carencia o ausencia que empañaran
demasiado mi vida como para no lograr ver salud, vida, abundancia, presencia y
sobretodo AMOR.
Gracias a este reto fui testigo de muchas
alegría: de la cara de ilusión e inocencia de un niño que escribió “Fue el
mejor día de Reyes de toda mi vida”; de la sutileza de un adolescente para
reconocer que es motivo suficiente para ser feliz el reconocer que “son
vacaciones y no voy a la escuela eeeeh”; de la profunda y sincera alegría de mi
esposo al reconocer “voy a ser papá otra vez!!”; de mi entera realización al
saber que “es niña!”. En fin, todo un frasco lleno de mensajes enalteciendo la
dicha de la vida… inclusive Sparky expresó sus momentos más preciados: “hoy me
comí un gran hueso… life is good”. (si, mi perro es bilingüe, me consta porque
me entiende cuando le hablo en español y en inglés).
Obviamente el año tuvo también momentos no tan
bonitos, pero aún así las tarjetitas que honraron nuestro frasco fueron el
resultado del trabajo duro y consistente para salir de esas dificultades y
gracias a ello hoy nos reconocemos como una familia fuerte, unida, con mucha
humildad y con una gran voluntad de ser mejores cada día.
Sumado al ejercicio de gratitud que
recorrí durante el complicado segundo semestre del 2015 que me tocó vivir, reconozco
también que esta dinámica del “memory jar” le dio mayor tangibilidad a mi
felicidad, y sobretodo me hizo recordar que cada día sin importar si es el más
feliz o si se supone debe ser el más triste de tu año, siempre siempre hay
oportunidad de reconocer que algo estuvo bien y que disfrutaste de tu vida.
Estoy segura que muchas personas vieron
la misma imagen de Pinterest que yo, de hecho este año también la he vuelto a
ver en redes sociales, pero lo mismo pasa en la vida… estas invitaciones a hacer consciencia de
tu existencia y de tu felicidad están ahí presentes siempre y a través de
diferentes representaciones, solo es cuestión que las quieras ver y aún más
importante que las quieras utilizar para engrandecer tus días.
Y ahora les pregunto a ustedes… ¿Aceptan el reto?. No es una simple
invitación a tener un 2016 increíble pues con toda certeza sé que SI lo tendrán…
es más bien una invitación a vivir en plena consciencia y con ello lograr
vibrar en la frecuencia más alta que existe, en la frecuencia de la gratitud y del amor….
¿Aceptas?
La mamá de Mia <3
@VidaMiaDM
vidamia0409@gmail.com