viernes, 16 de septiembre de 2016

Agradecida a cada paso …




Hace un año cumplí una gran meta en mi vida… La llegada a la Catedral de Santiago de Compostela, después de más de 120 kilómetros de caminar, representó un gran huracán de emociones. Muchos significados tuvo para mí ese acontecimiento, y en sí todo el Camino de Santiago, durante el cual fui acumulando aprendizajes de vida y que ahora estoy rescatando de entre mis notas de viaje …

En las siguientes entradas del blog les iré confiando con amor cada uno de estas enseñanzas divinas.

Así pues, decidí emprender este viaje por razones emocionales, espirituales y físicas.

Primero que nada quería sanar mi corazón y encontrar nuevamente el amor en él. Después de los momentos de profunda tristeza que había vivido quería sacar todos los malos sentimientos que tenía acumulados y no veía otra forma de hacerlo que re-encaminando mi energía a través de un propósito.

Además, quise re-encontrarme con Dios ya que cuando pasan cosas incomprensibles e inesperadas en nuestra vida lo primero que pensamos es que Dios se ha olvidado de nosotros y cuesta trabajo convencerse de lo contrario.

Y finalmente quería re-conciliarme con mi cuerpo. Aquel que creí que me había fallado y no encontraba forma de re-activarlo con ninguno de los ejercicios que empecé a hacer después de la cuarentena, pasé por todo: cardio, yoga, natación .. etc … y ninguno me hizo sentir físicamente como los primeros kilómetros del Camino de Santiago con los ojos completamente bañados en lágrimas.

Fue así como descubrí que el Camino me permitió unir estas 3 partes que se habían roto y volver a conectar en una sola pieza a mi corazón, mi alma y mi cuerpo.

El primer día se unieron en el camino una pareja de uruguayos que aprovecharon un viaje de trabajo a Portugal para hacer un turismo “distinto” y así emprendimos el camino juntos desde la Catedral de Tuy.

No habían pasado ni 2 kilómetros y la pregunta que hundió mi estómago fue …”y ustedes, ¿por qué hacen El Camino?”… me quedé petrificada, no sabía que decir… la tentación de contar nuestra historia y de hacer explotar TODOS los sentimientos y emociones que saltaban dentro de mí, fue muy grande. Pero me contuve y simplemente respondí … “Por agradecimiento”

Los siguientes kilómetros fueron difíciles … en silencio me preguntaba a mí misma “¿en serio?, ¿por agradecimiento?”… fue una tarea ardua encontrar razones por las cuales estar agradecida después de la avalancha de malas noticias, tristezas y desmoronamiento de ilusiones que habíamos vivido y fue entonces que decidí “adoptar” ese propósito para mi Camino…. AGRADECER.

Y bueno como soy un tanto metódica, ordenada, por no decir obsesionada, cuadrada y planeadora me dispuse a dedicar todos y cada uno de los kilómetros de mi Camino a agradecer a las grandes personas en mi vida. Los primeros kilómetros fueron por supuesto en honor a Mia, el motor que hizo que saliera yo de la cama a ponerme unos tenis y caminar … ahora si, nuevamente con un rumbo.

Otros kilómetros también fueron dedicados a mi esposo quien ha sido testigo y parte de todos estos aprendizajes y quien con su paciencia me ha demostrado un amor infinito.

Unos tantos kilómetros más en honor a mis papás … ese par de viejillos simpáticos que me demuestran su amor con tan solo verme a los ojos sonriendo.

Y después de ello… ufff.. aún quedaba mucha distancia por recorrer… así que fui intercalando kilómetros completos en silencio elevando mis oraciones a Dios, con kilómetros dedicados a mis seres queridos y fue ahí cuando apareció mi fase metódica…. Jajajaja… las fechas de cumpleaños se convertirían en el kilómetro dedicado a cada persona...

Mis hermanos fueron los kilómetros 8, 15 y 19… mis amigas de la universidad fueron 3, 16 y 17… las de la prepa fueron 3 (doblemente), 6, 14, 28 … y mis cuñadas, mis sobrinos, … mis amigos de hoy y mis amigos de ayer … los más presentes y los más ausentes… los que me sé sus fechas de cumpleaños y los que 'creo' que me sé su cumpleaños… Aún conservo la nota donde los apunté… A algunos se los hice saber, a otros solo les envié buenas vibras durante 1,000 metros de reflexión, de amor, en algunos casos de perdón, pero sobretodo en todos ellos hubo un inmenso agradecimiento, pues todos ustedes han sido mis maestros en la vida.

En próximos posteos les contaré lo que implicó esta aventura, lo que me dejó y lo que descubrí que soy… pues  contrario a lo que muchos pensarán, el camino NO te cambia, sino que te acerca a tu esencia….Te re-encamina en tu propósito, te hace re-encontrarte con Dios, te permite re-conciliarte contigo mismo, te facilita re-activar tu cuerpo dejando la inercia en la que hayas estado, te permite re-conectar con lo que siempre has sido … y finalmente te impulsa para seguir tu propio Camino mientras alguien a lo lejos, desde su parcela, te sonríe y te dice … “buen camino, peregrino”... 

Con profundo agradecimiento,
La peregrina, mamá de Mia.

@VidaMiaDM
vidamia0409@gmail.com


viernes, 1 de julio de 2016

Viajando (más) ligera…


Estoy haciendo mis maletas. Nos mudamos de ciudad. Estamos cerrando un ciclo, o más bien, me gusta pensar que estamos abriendo uno nuevo. Yeeaahh!!!


Ya empecé a sacar cosas de los closets, a meter en maletas lo más preciado y a tirar o regalar lo que ya no usaré. Y entre esas tareas, abrir el closet y cajones donde tenía las cosas para Mia, ha sido quizás lo más complicado en este proceso. Al abrir el closet me he quedado contemplando, en silencio, simplemente observando, sintiendo, recordando, añorando, reviviendo la ilusión y así, después de limpiar las lágrimas de mi rostro... me animé y empecé la difícil tarea de guardar.

Recorrí pieza por pieza, cada una de las pijamitas, vestiditos y conjuntos que tenía para ella. Recordé la frase que le dije a mi esposo cuando regresamos del baby shopping… “siento que pedí una muñeca a Amazon y que llegó toda la ropita, pero no llegó la muñeca (aún)...”

De hecho, cuando murió Mia también recordé esa frase y tuve la gran reflexión de que a final de cuentas, al final de todo lo que compramos, que planificamos, que escogimos, etc..etc..  lo ÚNICO que importaba que llegara bien (“de mi pedido”) era la muñeca, … mi muñeca, mi nenita. Gran aprendizaje: la vida y la salud son lo prioritario.

En fin, en este afán de empezar a guardar  (y aferrarme inconscientemente a lo material) me di cuenta que lo que tenía que hacer no era guardar… ¡¡sino sacar!!!... En definitiva, me gustaría tener otro bebé y siempre me he preguntado qué pasará si ese bebé arcoíris que venga a nuestras vidas es un niño y no una niña?. OMG!!! Qué gran dilema, tengo tanta ropa de niña y unos vestidos verdaderamente hermosos!!... y entonces mi primer instinto fue empezar a guardar y pensar “por si acaso tengo niña mejor guardo toooodo"… y “por si acaso esto … y por si caso aquello… ay nooo, mejor guardo todo y lo tengo super listo … por si acaso”.

Hice una pausa y me di cuenta que tenía frente a mí una gran oportunidad de SOLTAR… así que tomé valor y escogí los vestidos más hermosos de Mia (aquellos que yo misma había comprado y escogido con verdadero amor de mamá) y empecé a hacer mi lista…

“el vestido azul para Amelia, el blanco con listón color menta para Regina, el vestido que parece porcelana para Camila, el de mallas rosas para Ximena …” (y otros más que aún tengo por ir a entregar…)

En medio de ese valeroso acto mi esposo me preguntó …. ¿y si tenemos una niña?.... a lo cual respondí… pues  ¡¡qué felicidad!!!... le compraremos más vestidos y seguramente la gente nos regalará cosas muy lindas… por lo pronto estoy realmente feliz que otras bebitas hermosas puedan usar esas prendas y que me apoyen en este gran ejercicio de SOLTAR que en verdad me ha hecho sentir muy bien.

Todo esto me ha llevado a reflexionar sobre cuantas veces en nuestra vida solemos guardar cosas “por si acaso”… y peor aún cuando esas cosas que guardamos tan celosamente son sentimientos que encerramos en nuestro corazón y nos guardamos un “te quiero”, un “perdóname”, un “te extraño”…

Cuantas veces vamos por nuestra vida “cuidándonos” de situaciones, o sentimientos “por si acaso”, creyendo que con ello estamos salvando a nuestro corazón. ¡¡¡No lo hagan!!!... no guarden, mejor saquen, no se aferren a las cosas, déjenlas ir…

Estos pensamientos me están ayudando a tomar este cambio de residencia de una mejor manera, a mirar hacia delante, a abrir los closets  y vaciarlos … a llenar las maletas de amor y no de cosas, a soltar y dejar lo que no me sirve (cosas y sentimientos) y a empezar un viaje más ligero, con menos carga material y emocional.

Hoy se cumple un año que conocimos a Mia, una bella bebé con semblante de paz que su paso por la vida me ha dejado muchos aprendizajes y sin duda me ha hecho mejor persona. Hace un año no pensé que lograría algún día sentirme como me siento hoy, pero definitivamente esto no ha sido magia ni tampoco el solo paso del tiempo. No, no, no... esto ha sido un constante ejercicio de soltar, no solo a mi bebé y la maternidad, sino soltar cualquier aferro en mi vida.

Los invito entonces, a abrir el closet de su vida, a contemplar lo que hay ahí guardado, a celebrar lo que han sido … pero también los exhorto a sacar lo que ya no les sirve, a vivir con menos “por si acasos”, a decir lo que han guardado en su corazón, a tener menos apegos materiales y emocionales en su vida, porque “Aquel que quiere viajar FELIZ debe viajar LIGERO” (Antoine de Saint-Exupéry)


Bon Voyage,
La mamá de Mia <3

@VidaMiaDM
vidamia0409@gmail.com

lunes, 18 de enero de 2016

El reto de vibrar en gratitud y amor


Dicen que hoy es el #BlueMonday, el día más triste del año. Así se le conoce al tercer lunes de enero, al menos en el hemisferio norte de nuestro planeta, ya que en varios lugares llueve y hace mucho frío (brrst). Además, la quincena ya se nos fue entera a pagar las saturadas tarjetas de crédito por todos los gastos navideños, la báscula no es nuestra mejor amiga y los propósitos de año nuevo ya están en el olvido.

Esto hace que hoy las redes sociales se llenen de mensajes positivos (y claro también de memes) buscando contrarrestar el que se supone es el día más triste del año.

Me parece totalmente sin sentido esta fecha y aún más, me parece deprimente que haya gente que se lo crea y que por lo mismo justifiquen que su día fue gris y triste porque así estaba destinado a ser. Really?.

Peeeeero, más que criticar o profundizar en esta fecha más bien aprovecho este sentimiento que me removió la cabeza para compartirles mi reflexión sobre el cierre del 2015 y contarles cómo mi percepción cambió pues estaba segura que era el peor año de mi vida (era como un #BlueYear jaja), pero gracias a un reto que hice descubrí que fue un gran año. Si, a pesar de todo, fue un gran gran año.

Todo empezó a finales del 2014 cuando vi una imagen en Pinterest que invitaba a iniciar el año con un frasco vacío y un paquete de tarjetitas para escribir cada vez que algo padre te sucediera. Acepté el reto e invité a otros a hacerlo. Me encargué que en cada casa de mi familia hubiera un lindo frasco y unas tarjetas de colores esperando a contener las mejores hazañas de cada uno de mis seres más queridos.


Durante el trayecto del 2015 hubo frascos que cruzaron fronteras hasta llegar a sus dueños, otros que cambiaron de propósito y nunca contuvieron tarjetas, otros que permanecieron vacíos durante varios meses y hubo inclusive uno que nunca llegó a su destino.

Desde ahí empecé a aprender de este reto pues descubrí la analogía con la vida: por ejemplo el amor que he depositado en algunas personas ha llegado a cruzar fronteras, por otro lado también he visto mutar al amor que siento por alguien para adecuarse al propósito por el cual nació ese sentimiento y finalmente en otros casos el amor ha tardado en florecer o bien no he tenido correspondencia. Así es la vida… y ¡¡me encanta que así sea!!.

Mes con mes fui viendo cómo el frasco se llenaba de papeles, inclusive en los meses más difíciles siempre hubo algo que escribir. No hubo enfermedad, muerte, carencia o ausencia que empañaran demasiado mi vida como para no lograr ver salud, vida, abundancia, presencia y sobretodo AMOR.

Gracias a este reto fui testigo de muchas alegría: de la cara de ilusión e inocencia de un niño que escribió “Fue el mejor día de Reyes de toda mi vida”; de la sutileza de un adolescente para reconocer que es motivo suficiente para ser feliz el reconocer que “son vacaciones y no voy a la escuela eeeeh”; de la profunda y sincera alegría de mi esposo al reconocer “voy a ser papá otra vez!!”; de mi entera realización al saber que “es niña!”. En fin, todo un frasco lleno de mensajes enalteciendo la dicha de la vida… inclusive Sparky expresó sus momentos más preciados: “hoy me comí un gran hueso… life is good”. (si, mi perro es bilingüe, me consta porque me entiende cuando le hablo en español y en inglés).

Obviamente el año tuvo también momentos no tan bonitos, pero aún así las tarjetitas que honraron nuestro frasco fueron el resultado del trabajo duro y consistente para salir de esas dificultades y gracias a ello hoy nos reconocemos como una familia fuerte, unida, con mucha humildad y con una gran voluntad de ser mejores cada día.

Sumado al ejercicio de gratitud que recorrí durante el complicado segundo semestre del 2015 que me tocó vivir, reconozco también que esta dinámica del “memory jar” le dio mayor tangibilidad a mi felicidad, y sobretodo me hizo recordar que cada día sin importar si es el más feliz o si se supone debe ser el más triste de tu año, siempre siempre hay oportunidad de reconocer que algo estuvo bien y que disfrutaste de tu vida.

Estoy segura que muchas personas vieron la misma imagen de Pinterest que yo, de hecho este año también la he vuelto a ver en redes sociales, pero lo mismo pasa en la vida… estas invitaciones a hacer consciencia de tu existencia y de tu felicidad están ahí presentes siempre y a través de diferentes representaciones, solo es cuestión que las quieras ver y aún más importante que las quieras utilizar para engrandecer tus días.

Y ahora les pregunto a ustedes…  ¿Aceptan el reto?. No es una simple invitación a tener un 2016 increíble pues con toda certeza sé que SI lo tendrán… es más bien una invitación a vivir en plena consciencia y con ello lograr vibrar en la frecuencia más alta que existe, en la frecuencia de la gratitud y del amor…. ¿Aceptas?

La mamá de Mia <3

@VidaMiaDM
vidamia0409@gmail.com




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